Así como corean los Caligaris y el Piti, un himno que nos viene acompañando desde las salidas a las ruta de Nueva Zelanda con la añorada chariot. Agarramos las mochilas les cargamos unos buenos busos y camperas y ahí nomas a las apuradas nos fuimos a caminar a la montaña… tan apurados que hasta nos olvidamos de sacar los permisos para entrar a la reserva, lo cual nos implico volver a la ciudad y tramitarlos, la cuestión que ya el primer día con complicaciones burocráticas arrancamos a caminar a eso de las once del mediodía pero con mucho esfuerzo y calor llegamos a la primera parada. Y así durante siete días levantándonos tempranito a ritmo cachamai llegamos a los 4200 metros de altura con la mochila ligera dispuesta a cargar paisajes y ganas de descubrir lo descubierto y SI! SI! llegar AHÍ…ALLÁ…ARRIBA; quizá el lugar donde pasamos el menor tiempo, pero el más feliz, el de la satisfacción de haberlo logrado pese al frío, al cansancio o las incomodidades…qué más da!!!! Si en la montaña todo es poco pero igual alcanza…..
Nuevamente sin palabras.... Qué imágenes maravillosas esas montañas!!!! Increíble verlos ahí!!!!! Buenísimos todos los paisajes Que bueno disfrutar de todos esos lugares!!!
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